Impacto de los cosméticos en la superficie ocular

Dra. María Gómez Valcárcel, Dra. Ayumi Kawakami Campos

Resumen

En los últimos años, diversos estudios han analizado el impacto de los cosméticos sobre la salud de la superficie ocular, tema de gran relevancia debido al amplio consumo a nivel global de estos productos.

Métodos: se realizó una revisión de literatura sobre los efectos toxicológicos asociados a los componentes de los cosméticos aplicados en la superficie ocular.

Resultados: menos del 20 % de los cosméticos tienen estudios que garanticen su seguridad. Entre los compuestos utilizados con un perfil tóxico destacan: acrilatos, ceras, aceite de castor, oro, metales, lanolina, nylon, phthalatos, análogos de prostaglandina, retinoides, aceite de árbol y ácido salicílico. A su vez, la aplicación de bases y máscaras, pueden generar reacciones en la piel; mientras que los desmaquillantes pueden alterar la estabilidad de la lágrima.

Conclusión: es importante concientizar a nuestros pacientes sobre la importancia de leer la lista completa de ingredientes de los cosméticos que utilizan. Además, debemos comprender sus expectativas estéticas y guiarlos para que tomen decisiones informadas y no pongan en riesgo su salud ocular.

Palabras clave: maquillaje, salud ocular, reacciones de la piel, cosméticos.

The Tear Film & Ocular Surface Society (TFOS) ha ayudado durante las últimas dos décadas a generar conciencia sobre las enfemedades externas oculares y a organizar reuniones y conferencias para promover una mejor comprensión de este tema. A partir del taller “Epidemia del estilo de vida: enfermedad de la superficie ocular”, se publicaron varios reportes, entre ellos, uno que analiza el efecto de los cosméticos en la superficie ocular.

No hay un consenso global para la definición de “cosmético”, ya que varía de acuerdo con cada país o región del mundo; pero en términos generales, su mayor consumidor es América del Norte, seguido por Europa y después por Asia. Ahora bien, los cosméticos o el maquillaje de ojos incluyen una gran variedad de productos: correctores, acondicionadores, sombras, cremas, extensiones, delineadores, adhesivos, máscara de pestañas, primers, sueros, tónicos, entre otros.

Autorizado no siempre significa seguro

La Food and Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos, estima que se emplean alrededor de 12,500 compuestos para fabricar los productos mencionados, y menos del 20 % tienen estudios de seguridad realizados por científicos. Once de estos compuestos incluso están prohibidos en Estados Unidos, y más de 1,300 están restringidos o prohibidos en la Unión Europea. Algunos de sus ingredientes pueden actuar como alergenos, carcinógenos, inmunosupresores, irritantes, mutágenos y toxinas, y pueden alterar el sistema endócrino y/o dañar la superficie ocular y sus anexos.

Los conservadores más comúnmente utilizados incluyen cloruro de benzalconio, formaldehído, parabenos, fenoxietanol y clorfenesina. La publicidad destaca la presencia de ingredientes no tóxicos como ácido hialurónico, ácido azelaico, isoleucina, aceite de pomegranato, etc., pero es mayor la cantidad de compuestos que implican un riesgo para el usuario.

Compuestos en cosméticos con potencial dañino

Algunos de los compuestos con potencial dañino, comúnmente empleados en la industria son:

a. Acrilatos: los polímeros de acrilato crean una película que puede ser añadida a muchos productos como delineadores, maquillaje líquido, máscara de pestañas y bloqueador solar. El polimetilmetacrilato (PMMA) se emplea en maquillaje para dar un efecto mate que puede absorber el sudor, pero puede causar dermatitis de contacto. Asimismo, se ha reportado que algunos acrilatos tienen un posible efecto carcinogénico en humanos.

b. Ceras: la cera derivada de la palma Copernicia cerífera es un excelente emulsificador hidrofóbico. El 60 % de las máscaras de pestañas usan esta cera que se ha asociado a dermatitis de contacto.

c. Aceite de castor: se emplea como acondicionador de pestañas, crema de ojos, delineador, sombra de ojos, desmaquillante, máscara de pestañas y suero. Si entra en contacto con la superficie ocular, puede alterar el epitelio corneal.

d. Oro: es un conocido alergeno que se incluye en la formulación de muchos cosméticos sin advertir el riesgo que conlleva.

e. Metales pesados: el plomo es conocido por su toxicidad, y algunos metales pesados como el plomo pueden estar presentes en los cosméticos. Se emplean en labiales, sombras, rubor y polvo compacto, para obtener acabado brillante. Pueden producir irritación y alergia.

f. Lanolina: se emplea como emoliente en el área periorbitaria y puede producir dermatitis de contacto.

g. Nylon: se utiliza para dar volumen y opacidad, principalmente en máscara de pestañas, lápices para cejas, sombras de ojos y polvo para la cara. Se ha reportado la migración de fibras de 1 mm hacia la conjuntiva, que producen inflamación. También pueden generar dermatitis de contacto.

h. Ftalatos: están presentes en desmaquillantes y fragancias. Son lipofílicos y pueden penetrar la córnea hasta afectar el endotelio. Se han asociado también con hepatotoxicidad, neurotoxicidad, alteraciones endócrinas, trastornos reproductivos, enfermedad cardiovascular, pubertad precoz y alteraciones del sueño.

i. Análogos de prostaglandinas: después de observar los efectos sobre las pestañas, Allergan lanzó bimatoprost al mercado bajo la marca Latisse. En 2008, el bimatoprost recibió la aprobación de la FDA para su uso en el tratamiento de hipotriquiasis y, posteriormente, para tricotilomanía y pérdida de pestañas por quimioterapia. Su venta requería receta médica y, durante el primer año, lograron vender $47.7 millones de dólares. Más tarde, otras compañías incorporaron prostaglandinas sintéticas a sueros para pestañas de venta libre. Aunque las compañías farmacéuticas están obligadas a enlistar los posibles efectos secundarios de los medicamentos, esto no aplica para la industria de la belleza.

j. Retinoides: se emplean en cremas antiarrugas, pero es tóxico para las glándulas de Meibomio y produce disfunción de las mismas (DGM).

k. Aceite del árbol del té: la Academia Americana de Oftalmología recomienda aseos con una solución al 50 % para el tratamiento de la infestación por Demodex. En la industria de cosméticos, se utiliza el aceite de árbol del té al 1 % en desmaquillantes, tónicos, limpiadores, extensiones de pestañas, etc. Sin embargo, su uso crónico puede generar DGM y alteraciones endócrinas.

l. Ácido salicílico: se emplea para tratamiento de hiperpigmentación y verrugas. Si se aplica cerca del ojo, puede producir alergia, toxicidad en la superficie ocular y quemadura química.

No todo está en los compuestos

  • Además del maquillaje, los aplicadores como esponjas y cepillos también tienen impacto sobre la salud. Pueden servir como reservorios para el crecimiento microbiano, por tanto, es recomendable lavarlos con shampoo de bebé o un limpiador facial después de cada uso.
  • Los rizadores de pestañas se han asociado a dermaitis de contacto por el níquel que contienen, la técnica inadecuada en su empleo podría ocasionar además tracción excesiva sobre el folículo, ruptura prematura de la pestaña y lesión de la piel de párpados.
  • El uso de pestañas postizas para mejorar la apariencia de los ojos, requiere la aplicación de pegamentos que contienen formaldehido, cianocrilato, amoniaco, plomo y látex, que pueden desencadenar alergias. Su uso, a su vez, puede favorecer el desarrollo de entropión.
  • Para evitar el uso de adhesivos, se lanzaron al mercado pestañas postizas que se sujetan con imanes, pero el peso asociado favorece la pérdida de pestañas y el imán puede desencadenar reacciones alérgicas y abrasiones corneales.
  • La base de maquillaje aplicada cerca de los párpados puede migrar hacia la superficie ocular y representar riesgos como dermatitis de contacto y contaminación con microbios y metales pesados.
  • Los primers para párpados crean una superficie adherente para aplicar sombras de ojos de manera uniforme y con mayor permanencia. Sin embargo, contienen dimeticona que causa resequedad, reacciones alérgicas, acné, y puede generar alteraciones endócrinas.
  • Hay una gran variedad de máscara de pestañas que contienen pigmento, ceras, talco y resina. Estos ingredientes pueden migrar a la superficie ocular con cada parpadeo y potencialmente bloquear la salida de las glándulas de Meibomio y contribuir al ojo seco. El uso de lubricante tópico favorece esta migración. Por otro lado, se ha reportado que el uso de máscara de pestañas puede obstruir el conducto nasolagrimal y los canalículos, provocar pigmentación conjuntival, mascaroma (masa de queratina y máscara en conjuntiva palpebral), pérdida de pestañas y madarosis.
  • Finalmente, la aplicación de delineador directamente en la unión mucocutánea predispone a la migración del cosmético hacia la superficie ocular y a la DGM.

El retiro de maquillaje también cuenta

Los tres principales tipos de desmaquillante son: aceite, libre de aceite y micelar. Todos ellos migran por detrás del párpado e incrementan la evaporación de la lágrima, alterando su estabilidad. Los desmaquillantes micelares atrapan en su interior el maquillaje oleoso, mientras las colas hidrofílicas apuntan al exterior y pueden ser enjuagadas con facilidad. Estos desmaquillantes contienen conservadores agresivos como el formaldehído que podría causar reacciones alérgicas, irritación crónica de piel y conjuntiva, así como irritación de vías respiratorias al ser un componente volátil.

Es importante comunicar a nuestros pacientes la importancia de leer la lista completa de ingredientes de los cosméticos antes de utilizarlos. Debemos comprender las expectativas estéticas de los pacientes y asegurarnos de que no pongan en riesgo su salud ocular.

Sullivan DA et al. TFOS Lifestyle: Impact of cosmetics on the ocular surface. The Ocular Surface.2023 (29):77-130.

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