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Atención médica integral y terapias complementarias

Dr. Kingston Rodolfo Ureña Wong

El modelo de atención integral de la salud es un enfoque holístico que cobró mayor importancia en el mundo de la medicina en 1993, cuando la revista New England Journal of Medicine, publicó un artículo sobre el uso de tratamientos “poco convencionales” para la atención médica [1]. Desde entonces, este enfoque ha cobrado mayor fuerza e importancia en el mundo de la medicina moderna, a tal grado que, para el año 2012 hasta el 33 % de los pacientes admitieron utilizar este modelo de atención [2].

El Instituto Nacional del Cáncer (NIC, por sus siglas en inglés), define la medicina integral como un “Método de atención médica en el que se reconoce el beneficio de combinar los tratamientos convencionales (estándar), como los medicamentos y la cirugía, con las terapias complementarias, que demostraron ser seguras y eficaces” [3].

 

Este modelo de atención es particularmente útil en condiciones crónico degenerativas como lo son: depresión, cáncer, diabetes mellitus, enfermedades respiratorias [4], y en el caso de oftalmología, podría llegar a ser de gran utilidad en patologías como, por ejemplo, la degeneración macular relacionada con la edad y el glaucoma.

 

Asimismo, es importante resaltar que este modelo, a diferencia del modelo biomédico tradicional, se centra en el paciente, sus preferencias y valores, al mismo tiempo que, lo empodera al permitirle formar parte activa de la toma de decisiones del proceso terapéutico. Esto con la finalidad de mejorar los resultados clínicos, aumentar la satisfacción de los pacientes al recibir sus tratamientos y reducir los costos asociados a la atención [5].

 

Debemos entender entonces que, el modelo de atención integral considera una combinación de los tratamientos farmacológicos convencionales con cambios en el estilo de vida, nutrición, suplementos alimenticios, técnicas de medicina tradicional como la acupuntura y terapias de relajación [6]. Si bien, la evidencia disponible para respaldar este tipo de tratamientos es limitada, es responsabilidad del médico tratante informarse acerca de la seguridad y eficacia de cada una de estas alternativas, pues la intención de este enfoque no es la de sustituir los tratamientos convencionales, sino complementarlos [7]. Como ejemplo, podemos mencionar el caso de un paciente con degeneración macular relacionada con la edad, quien además de ser tratado con inyecciones intravítreas de antiangiogénicos, puede complementar su tratamiento haciendo un cambio en su estilo de vida suspendiendo el tabaquismo, así como con el uso de suplementos alimenticios tales como vitaminas, minerales u otros elementos con propiedades antiinflamatorias como cúrcuma [8].

Entonces, ¿cuáles son los elementos necesarios para adoptar una atención médica-oftalmológica integral?


Primero, necesitamos formar oftalmólogos que conozcan este enfoque de la atención integral de la salud, para posteriormente buscar cambiar el paradigma y centrar la atención médica en el paciente. Una vez que tengamos estos elementos, el oftalmólogo deberá informarse acerca de la seguridad y eficacia de las terapias alternativas para el tratamiento de los padecimientos oftalmológicos para lograr incluir al paciente en la toma de decisiones basado en la mejor evidencia disponible.


Finalmente, para adoptar el modelo de medicina integral es necesario dejar de lado los prejuicios y aceptar como válidas todas las opciones terapéuticas disponibles. Recordemos que, cerca del 80 % de la atención de la salud no es biomédica [9], por lo que, es imperativo que el médico desarrolle empatía y la habilidad de escuchar activamente cuando un paciente comente o cuestione sobre el uso de terapias alternativas a los problemas de salud oftalmológica.

“El buen médico trata la enfermedad; el gran médico trata al paciente que tiene la enfermedad”.

Sir William Osler.

  1. Eisenberg DM, Kessler RC, Foster C, et al. Unconventional medicine in the United States–prevalence, costs, and patterns of use. N Engl J Med 1993; 328 (4): 246–52.
  2. 2012 National Health Interview Survey – National Center for Complementary and Integrative health. 2015. Available at: https://nccih.nih.gov/research/statistics/ NHIS/2012/key-findings.
  3. Instituto Nacional del Cáncer. Diccionario de cáncer del NCI. https://www.cancer.gov/espanol/publicaciones/diccionarios/diccionario-cancer/def/medicina-integral.
  4. Barnes PM, Bloom B, Nahin R. Complementary and alternative medicine use among adults and children: United States. 2007. Diciembre 2008.CDC National Health Statistics Report no. 12.
  5. National Healthcare Quality Report. Agency for Healthcare Research and Quality; Rockville, MD: Mayo 2013. Publicación 14-005
  6. Rakel D. Integrative medicine. Philadelphia: Elsevier Saunders; 2012.
  7. National Center for Complementary and Integrative Health. https://nccih.nih.gov/health/providers/digest/chronic-pain-science
  8. Dhillon N, Aggarwal BB, Newman RA,et al: Phase II trial of curcumin in patients with advanced pancreatic cancer. Clin Cancer Res 2008; 14 (14): 4491-4499.
  9. World Health Organization. Traditional medicine. 2003. http://www.who.int/mediacentre/ factsheets/2003/fs134/en/

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