Entre colegas

Entrevista a la Dra. María Estela Arroyo Yllanes

Dr. Manuel Alejandro Garza León

Siguiendo nuestra premisa de acercar a las grandes personalidades de la oftalmología a los oftalmólogos y oftalmólogas de México y el mundo, presentamos la formación y trayectoria de la Dra. María Estela Arroyo Yllanes, misma que, además de contar con un admirable currículum, ha demostrado ser una persona sensible y dedicada, que prioriza el bienestar de los otros sobre cualquier reconocimiento honorífico o monetario.

La Dra. Arroyo es Médico Cirujano por la Universidad La Salle. Realizó la Especialidad en Oftalmología en el Hospital General de México y un fellowship en Oftalmología Pediátrica y Estrabismo en el Smith-Kettlewell Eye Research Institute. Asimismo, ha desempeñado los cargos gremiales más importantes a nivel nacional, como Presidenta y posteriormente Secretario General de la Sociedad Mexicana de Oftalmología, y como Presidenta del Consejo Mexicano de Oftalmología.

MAG: Doctora, he ratificado que muchos médicos te admiran, te reconocen y están interesados en conocer más sobre ti. Tras algunas investigaciones con alumnos y compañeros tuyos, al preguntarles qué te define como persona, la respuesta más frecuente fue sobre tus ganas de aprender y de enseñar. ¿Por qué decidiste llevar una práctica académica en lugar de dedicarte a tu consultorio privado?


MEA: Durante mi estancia como residente en el Hospital General, aprendí de muchos maestros y me gustó estar allí. Decidí permanecer en la institución y dedicarle más tiempo que a mi consulta privada, porque me gusta enseñar, me gusta aprender y me gusta tratar a los pacientes institucionales.


MAG: Sé que parte de tu preparación como especialista en oftalmología pediátrica la realizaste en el Smith-Kettlewell Eye Research Institute. ¿Qué conocimiento obtuviste allá que hayas importado al Hospital General?


MEA: Durante mi estancia en el Smith-Kettlewell, una de las cosas más importantes que viví fue el desarrollo de la toxina botulínica con el doctor Alan Scott. A mí me tocó inyectar macacos, vigilarlos y demás. Fue una experiencia impresionante, y más el poder contar con la amistad de Alan Scott, quien era un investigador brillante, de trayectoria muy destacada. El grado de enseñanza y de sencillez, tanto de él como del doctor Arthur Jampolsky, me motivó mucho. Del Dr. Jampolsky aprendí la cirugía. Él era un gran cirujano, con un concepto muy claro de las mecánicas y de las pruebas de ducción forzada. Eso llamó mucho mi atención.


MAG: Así como has tenido retos y has ocupado puestos de gran responsabilidad, también has tenido múltiples reconocimientos, ¿cuál ha sido el reconocimiento que tú más valoras y que consideras más importante?


MEA: Dice el dicho que nadie es profeta en su tierra. En el mes de octubre del año pasado (2023), hubo una reunión de egresados del Hospital General en Avándaro. Es una reunión que hacemos anual o bienal, dependiendo de las circunstancias. Ahí me hicieron un reconocimiento sorpresa. A veces uno trasciende sin darse cuenta, haciendo su trabajo. El escuchar a mis alumnos o ex alumnos residentes de muchas generaciones y ver el afecto, el respeto y el cariño, fue maravilloso.


MAG: ¿Cuáles principios y consejos que te dieron tus maestros, ya sea de forma directa, platicada o con el ejemplo, crees que perdurarán durante toda la vida?


MEA: Que el paciente es importante. No es la cama veinticinco, ni el señor de la catarata, es Don Manuel, que se va a operar de cataratas.

MAG: Aunado a lo anterior, ¿qué consejo le darías a un nuevo residente para que pueda aprovechar los años de enseñanza intensiva que lo van a definir como oftalmólogo?


MEA: ¡Que siempre tienen que traer un cuadernito! Cuando empiezan, deben apuntar lo que no entendieron, lo que desean preguntar o lo que necesitan revisar. Su deber es aprender lo más que puedan, asistir a las clases y estudiar previamente.


MAG: Fuiste la segunda presidenta de la Sociedad Mexicana de Oftalmología, así como del Departamento de Oftalmología Pediátrica del Hospital General. Eres una de las mujeres líderes y pioneras en el ejercicio directivo y gremial. ¿Cuál sería tu reflexión sobre la equidad de género en los espacios directivos?


MEA: La Sociedad Mexicana de Oftalmología es muy inclusiva y ha permitido que las mujeres trasciendan. Nunca he sentido ni discriminación, ni acoso, ni nada similar. Al contrario, apoyo incondicional. Si la mujer quiere, puede llegar a donde quiera.


MAG: Algo en tu trayectoria que me llama mucho la atención, es que hace un par de años, jubilada del Hospital General, te integraste al cuerpo médico de la Asociación para Evitar la Ceguera en México. ¿Cómo ha sido esta experiencia y cómo decidiste integrarte a esta otra institución?


MEA: Esa historia tiene mucho tiempo… Cuando estábamos organizando el Congreso Panamericano en Cancún, con el doctor Rafael Sánchez Fontán, él me dijo: “¿Por qué no te vienes al Hospital de la Ceguera?” Le dije que no. Que todavía tenía mucho por hacer en el Hospital General. Entonces cuando me jubilé dije: “Yo no me puedo quedar en casa sentada”, y me integré al Hospital de la Ceguera. Es un hospital con el que me he identificado en muchas cosas. Me da vida porque estoy de nuevo con los residentes. Voy a consulta, voy a cirugía y me la paso muy bien.

MAG: Otro comentario que recibí sobre ti es que eres una mujer muy culta… ¿Tú consideras que la cultura nos ayuda, por ejemplo, a ejercer la medicina?


MEA: Yo pienso que el tener cultura es tener conocimiento y si tienes conocimiento, tienes mayor capacidad de entender las cosas. La cultura te ayuda en ese sentido; el poder ver más allá y entender a pacientes de diferentes gremios.


MAG: A pesar de que no vienes de una familia de médicos, ¿nos podrías compartir por qué decidiste ser doctora y oftalmóloga?


MEA: Toda mi vida, desde que me acuerdo, quise ser médico. Mis muñecas de la infancia estaban cortadas porque las cosía, las inyectaba, les ponía merthiolate o violeta de genciana. ¿Por qué elegí oftalmología? Porque me gusta mucho la física y las matemáticas. Posteriormente, elegí oftalmología pediátrica, porque me identifico mucho con los niños. Son tan activos como yo.


MAG: Por último, ¿hay algo que no te haya preguntado y te gustaría que los lectores y lectoras se llevaran de ti?


MEA: El que tiene para dar que lo dé. Dar enseñanza, conocimiento, amistad, amor y demás, hace que la vida sea mejor.

El que tiene para dar, que lo dé... dar enseñanza, conocimiento, amistad, amor y demás, hace que la vida sea mejor.

Dra. María Estela Arroyo Yllanes

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