Oftalmología abierta

Glaucoma

Dr. José Francisco Ortega Santana, Dra. Thamar Gómez Villegas

El glaucoma es una enfermedad que causa daño en el nervio óptico (encargado de transmitir información del ojo hacia el cerebro) y produce pérdida de la visión de manera progresiva y permanente.

En la mayoría de los casos, está asociado a un aumento en la presión interna del ojo, mismo que es provocado por la retención anormal del líquido interno llamado humor acuoso. Sin embargo, puede existir glaucoma con presiones dentro de rangos normales.

 

Existen varios tipos de glaucoma dependiendo de su causa. El más común en México es el glaucoma primario de ángulo abierto (GPAA) que suele iniciar a partir de los 40 años y es más frecuente en edades avanzadas. Existen múltiples factores de riesgo para desarrollar esta enfermedad: sexo femenino, edad avanzada, antecedentes familiares de GPAA, defectos refractivos (miopía o hipermetropía) y enfermedades sistémicas de base (como diabetes e hipertensión arterial). Otros tipos de glaucoma tienen causas específicas como son: sistema de drenaje del ojo estrecho o cerrado (glaucoma de ángulo cerrado), diabetes con retinopatía diabética avanzada (glaucoma neovascular), por inflamación intraocular (glaucoma secundario a uveitis), entre muchos otros.

 

Al inicio, el GPAA no provoca ningún síntoma que alerte al paciente. Solo puede detectarse de manera temprana con una revisión oftalmológica de rutina. Si no se detecta a tiempo, los pacientes pueden presentar, a medida que progrese, pérdida de campo visual (visión periférica), mala calidad visual, baja visual central o dolor asociado a la hipertensión ocular. Finalmente, en etapas avanzadas puede provocar limitaciones visuales (discapacidad visual) e incluso ceguera.

 

Todos estos daños son irreversibles, pero pueden evitarse con la atención oftalmológica adecuada y en tiempo. Actualmente existen múltiples equipos y diferentes tecnologías de estudios oftalmológicos que nos ayudan a identificar el glaucoma desde etapas tempranas. Estas pruebas también nos permiten tener un mejor seguimiento de la enfermedad y medir la respuesta a tratamientos.

 

Los tratamientos para glaucoma incluyen: tratamientos tópicos (gotas para los ojos) o sistémicos (vía oral), procedimientos con láser, cirugías de mínima invasión con implantes o dispositivos para reducción de la presión intraocular, cirugías oftalmológicas filtrantes, etc. Todo paciente con riesgo o diagnóstico de glaucoma debe estar en seguimiento continuo por parte de un oftalmólogo.

5 facts sobre el glaucoma

Imagen 1 y 2. Nervios ópticos de pacientes con glaucoma. Se aprecia una excavación papilar amplia por pérdida de fibras en la cabeza del nervio óptico. El nervio óptico se forma por la unión de todas las fibras axonales de las células ganglionares de la retina, se agrupan de forma tubular para salir del ojo hacia el cerebro; por el espacio central del nervio entran y salen los vasos sanguíneos que dan circulación sanguínea a la retina y a las fibras del mismo nervio. En el glaucoma, conforme se pierden fibras, la excavación (“hueco” central del nervio óptico) se hace más amplia, es decir pierde su forma fisiológica original de tipo “rosca” o “dona” para verse como un “aro”, lo cuál es un indicativo clínico de daño.

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